Pintura: Vilhelm Hammershoi
Uno puede querer cambiar para peor o para mejor y las dos posibilidades son factibles. A peor se consigue dejándose llevar por la deriva, reaccionando en lugar de respondiendo y culpando a los demás de todo lo que te ocurre, ¡al diablo con la responsabilidad y la libertad! ¡Me rebelo contra la idea de tener conciencia!
Si uno se ejercita debidamente en el arte de amargarse la vida lo consigue a la perfección. Pero hay que ser insistente y disciplinado. Ver sabios consejos sobre cómo amargarte la vida aquí
El cambio a positivo lleva consigo aumentar la ingesta de honestidad, responsabilidad, generosidad, sabiduría para aprender a aceptar el error, el resbalón y las equivocaciones y ponerse otra vez en camino; y por último vivir con mayor libertad de acción y visión.
Obviamente la única persona que puede elegir el qué y el cómo, eres tú. No existe mayor poder.