Publicado en Pensando en voz alta

Ponte en lo peor y consigue liarla


En El arte de amargarse la vida Paul  Watzlawick relata la historia del martillo, una auténtica joya de la paranoia y el pensamiento deductivo perturbado. Nos puede parecer una exageración, pero no lo es. ¿Cuántas veces nos anticipamos a algo que no ha ocurrido ni tiene visos de ocurrir porque nos sale la paranoia de paseo o el «si me lo sabré yo» o  el «a mí me lo van a contar»? Siempre somos más listos que los demás, más precavidos y  más astutos. Y hacemos gala de nuestra estupidez presuponiendo la hostilidad, mala leche y negatividad que donde están es dentro de nosotros fundamentalmente. Para muestra un botón, esta  hilarante  escena de Sopa de Ganso de los Hermanos Marx.

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Publicado en Pensando en voz alta

El cambio a peor o a mejor


 

Me mudo de sistema, Cecilia Monllor, Microcambios

Pintura: Vilhelm Hammershoi

Uno puede querer cambiar para peor o para mejor y las dos posibilidades son factibles. A peor se consigue dejándose llevar por la deriva, reaccionando en lugar de respondiendo y culpando a los demás de todo lo que te ocurre, ¡al diablo con la responsabilidad y la libertad! ¡Me rebelo contra la idea de tener conciencia!

Si uno se ejercita debidamente en el arte de amargarse la vida lo consigue a la perfección. Pero hay que ser insistente y disciplinado. Ver sabios consejos sobre cómo amargarte la vida aquí

El cambio a positivo lleva consigo aumentar la ingesta de honestidad, responsabilidad, generosidad, sabiduría para aprender a aceptar el error, el resbalón y las equivocaciones y ponerse otra vez en camino; y por último vivir con mayor libertad de acción y visión.

Obviamente la única persona que puede elegir el qué y el cómo, eres tú. No existe mayor poder.

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El arte de amargarse la vida


El libro de Paul Watzlawick debería ser regalo obligatorio para todos nuestros amigos/as con tendencia a encontrar culpables debajo de las piedras. Contra lo que pueda parecer no resulta nada fácil ser un amargado/a en condiciones. Para ello se requiere constancia en buscar los agravios, una práctica continua para incrementar el derrotismo, pesimismo y claro está: soliviantarse por cualquier memez. Es imprescindible asimismo mantener la firme creencia de que los otros causan todas nuestras desgracias: el mundo, los bancos, los vecinos, la suegra, el idiota de la oficina, la policía de tráfico…. Con la lectura de esta pequeña joya conseguiremos incrementar el numero de perfeccionistas de la teoría de la conspiración, de los que abundan en todo me sale mal (pero nada más que a mí), de los que consideran que los reveses del pasado nos hacen como somos y encima del futuro no se puede esperar nada bueno. Con un poco de pericia conseguirán reforzar sus obsesiones, minar su autoestima, incrementar su mala leche y sus paranoias. Y finalmente, entonces ya sí, tendremos un amargado/a como Dios manda.

Pero no penséis que Paul Watzlawick es un humorista o un excéntrico escritor de humoradas para bobos. Nos hallamos ante uno de los más prestigiosos psicoterapeutas del mundo. Así que de lo que escribe sabe latín.
Un libro práctico y que permite decir con humor a nuestro amigo/a: «vas por buen camino pero todavía te faltan conocer detalles muy efectivos».