
Incapacidad para hacer y actuar; sensación de falta de recursos y medios para influir en una situación concreta; variaciones de inerme, sin influencia o impotente que experimentamos a diario, ya sea a través de nuestro sufrimiento o el de otro ser humano; cuando presenciamos el odio feroz que actúa de forma indiscriminada saltándose todas las medidas cautelares, cuando se derrumban en el mar las pateras, cuando en un país asediado por el fanatismo circulan los sicarios de casa en casa apuntando nombres y arrancando de ellas a sus habitantes, cuando te aniquila la fuerza de la naturaleza, cuando el horizonte no ampara términos que impulsan acción como: seguridad, libertad, educación, amor, paz o colaboración.
Entonces llega la impotencia y con ella el dolor. De ser humano.
El sufrimiento siempre ha estado presente y siempre lo estará. La pérdida, la desgracia, el desgarro, la muerte, son una parte consustancial de la vida.
Pero no podemos cargar con todo el dolor del mundo.
Una cosa es estar informados y otra muy diferente estar constantemente expuestos a la información de los medios con sus técnicas para afectarnos.
Es necesario reconocer esta motivación en quien proporciona las noticias, así como entender que el objetivo de las empresas es maximizar los beneficios. No podemos culpar a las empresas del cambio climático, la evasión de impuestos u otras cuestiones poco éticas y tampoco a los medios informativos por hacer lo posible para aumentar sus ingresos en publicidad.
Solo desde la entereza podemos ejercer la compasión -a veces se le llama empatía- y para mantenernos íntegros es necesaria la lectura crítica del mundo, el criterio.
La libertad, la educación, el amor, la paz o la colaboración, la parte positiva del mundo venden menos en los telediarios, se difunden menos en las redes sociales, y por esto tienen un tratamiento menos enfático. El desastre, la preocupación, merecen más atención.
Compasión, palabra curativa. Estoy de acuerdo Soliloquio en que no podemos cargar con el peso del mundo porque es insano, aunque a veces dar un grito aunque inútil sí alivie el pesar del momento.