No niego el impacto que la famosa frase orteguiana: «yo soy yo y mis circunstancias» ha dejado en la impronta colectiva. La repetimos hasta la saciedad, como una justificación de cómo somos: yo y además las circunstancias que me tocan. Pero reflexionando sobre lo que quiere decir en verdad la frase y, al margen de la lectura atenta a «La rebelión de las masas», la obra más divulgada de Ortega y Gasset, he llegado a la conclusión que lo que más pesa en la naturaleza humana, sometida a las circunstancias, es la actitud elegida. En mi anterior post hacía referencia al pensamiento de F. Bacon: «Existen dos grandes categorías de espíritu: una que es, sobre todo, sensible a las diferencias y otra que es, sobre todo, sensible a las semejanzas». Y cuando el yo se enfrenta con sus circunstancias puede interpretar blanco o negro. En cualquier caso lo que transformará el sentido de lo percibido no será la propia circunstancia (el hecho en sí) sino la actitud (lo que estoy dispuesto a hacer con todo lo que me pasa y lo que en realidad hago y decido).
Quizás sea interesante recordar las palabras de Hugh Downs que no es un eminente filósofo sino un periodista de una cadena de noticias:»Una persona feliz no es una persona en determinadas circunstancias sino una persona con determinadas actitudes».
Muchas gracias por todas tus reflexiones, comentarios y aportaciones.
Gracias, porque me haces que este abierto a las dudas, la esperanza, el dolor, el amor…y la vida.
Salva, gracias por tu comentario. Me gusta que las personas se atrevan a salir del anonimato y a escribir lo que piensan porque nos aportan mucho también a los demás. Y si tu estás agradecido yo lo estoy más. Cuando alguien escribe sus propias reflexiones uno se siente mucho menos aislado.
Y las actitudes vienen determinadas por nuestra visión de la realidad, por nuestra interpretación de lo que vemos. Aquí está nuestro trabajo en nuestras actitudes y por tanto en nuestra visión de la realidad.
Aún así la frase es «yo soy yo …» las circunstacias vienen después. Lo primero es ser nosotros mismos.
Un saludo
Esosiloquio, estoy de acuerdo pero mi duda es hasta que punto las circunstancias no empiezan a formar parte del yo desde la infancia. O dicho de otra manera: ¿dónde empieza el yo y dónde empiezan las circunstancias? En la medida en que nos influyen y somos influídos el asunto empieza a complicarse. Por eso, creo que las actitudes son tan importantes, puesto que las circunstancias nos conforman el meollo del asunto será cómo afrontarlas. Gracias por tu aportación.
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