Publicado en Pensando en voz alta

Tus hijos no son tus hijos


Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.

Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.

Kahlil Gibran

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Ahora es tu momento


Microcambios

 

«Esa pregunta improvisada, «¿Qué esperáis de la vida?», ha pasado a formar parte habitual de los diálogos que entablo con amigos, colegas, seres queridos y hasta con desconocidos en los aviones. La utilizo como una herramienta para ayudarme a comprender a los demás y también para comprenderme mejor a mí mismo.

En su mayor parte, las respuestas que da la gente son vagas y generales, nada meditadas. Casi todo el mundo parece sorprenderse ante la pregunta. A veces me han acusado de ser demasiado profundo, y sólo en ocasiones excepcionales alguien dice: «Quiero estas cosas…, por estas razones…, y así es como pretendo conseguirlas…». Sin excepción, ésas son las personas que están viviendo la vida con pasión y entusiasmo. Casi nunca se quejan, no hablan mal de los demás y jamás les oyes hablar de la felicidad como de algún hecho futuro relacionado con la jubilación, el matrimonio, un ascenso o una fortuna llovida del cielo.

Entonces, ¿qué es lo que tienen ellos que no tiene la mayoría? Que saben lo que quieren. ¿Y tú? ¿Tú sabes lo que quieres?

La mayoría de la gente puede decirte con exactitud lo que no quiere, pero muy pocos tienen las ideas tan claras sobre lo que sí quieren.

Si no sabes lo que esperas de la vida, todo parecerá un obstáculo o un lastre. Sin embargo, una de las grandes lecciones de la historia es que el mundo entero se abre ante aquellos que saben lo que quieren o hacia dónde se dirigen. No lo dudes, si no sabes hacia dónde te diriges, estás perdido. Sigue leyendo «Ahora es tu momento»

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Pégate a ti mismo


Chakall

Imagen: Chakall

A vueltas con la idea de por qué unas personas  tocan el éxito una y otra vez , y otras no solo no lo huelen, sino que llenas de talento se desperdician a sí mismas reiteradamente,  en esta plácida y veraniega tarde  de julio me he tropezado con un artículo sobre un tal Chakall, del que no sabía ni que existía. Al parecer Eduardo Andrés López, argentino,cuarentón, showman, periodista de formación, heterogéneo, guapetón, creativo, cocinero de éxito, tiene algunos secretos que revelar.

El primero es que hace lo que le da la gana y con eso se gana la vida, muy bien según veremos a continuación.

El segundo es que no hace nada con fines comerciales (porque en su opinión el negocio no está en lo que se hace, vamos, el asunto en sí, sino en él mismo).

El tercero es que el mejor modo de tener suerte en la vida es pegarse a uno mismo (todo el que renuncia a sus sueños lo paga)

Y así llegamos a este enigmático personaje que es una estrella catódica en Portugal, en China se lo rifan y los alemanes están hartos de ver sus más de 500 turbantes que luce en la televisión, mientras cocina impregnando de magnetismo la pantalla de los televisores de media Europa.  ¿Qué ha hecho este tipo que no hayan hecho otros cocineros formados en la Cordon Bleu y demás escuelas del estrellato? Este Jaimie Oliver que habla español argentino y lleva en su sangre la fusión de sangres de distintos continentes se ha puesto el mundo por montera y ha decidido intentar cosas y ver si salen. Algunas han salido y otras no. Llegó a Portugal sin saber una palabra del idioma y lo cogieron de lavaplatos en un restaurante. De allí como una rana cuántica saltó a ayudante de cocina de un chileno que cuando lo vio hacer decidió ayudar él mismo y cederle la batuta al Chakall, su apodo de guerra. Como el chico lo que quería era ir a África ahorró y en llegando el momento oportuno cruzó el estrecho de Gibraltar y ancha es Castilla. De vuelta a Europa, después de vivir en África más de dieciocho meses se instaló en Portugal y montó un catering. Y  tuvo la paciencia de esperar. El primer mes un cliente, el segundo cinco y con el paso de las estaciones logró vivir del cuento y para el cuento: cocinando.

En realidad su historia es extensa y prolija. La podéis leer en este artículo de Forbes pero yo quería resaltar algo que me ha llamado la atención, la idea de pegarse a uno mismo para ser feliz, ergo para tener éxito en la vida. Se me ocurre que pegarse a uno mismo, como el fundador de la revista Forbes dejó escrito en sus reflexiones publicadas, se traduce en darle forma a tus propios ideales, resolver tus propios problemas y entre otras cosas admitir  que nadie puede deshonrarte, ni tampoco elevarte o sostenerte a excepción de ti mismo. Así que  asumamos que somos los dueños de nuestro propio destino. Y ojito a lo que dice Chakall: «En el momento en que tenés un cliente, hay que saber qué quiere… En esto es necesario el sentido común. El problema es que los cocineros piensan que todo se resuelve en la cocina. Son muy limitados».

Lo dicho, merece la pena intentar pegarse a uno mismo.

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La tortura de no hallar el talento propio


puzleSe puede gastar una fortuna de tiempo y dinero buscando pasiones ocultas que no somos capaces de descubrir en nosotros mismos. ¿Por qué unos lo tienen tan claro y otros no? ¿Será porque  las fórmulas para todo el mundo son ineficaces?

Empecemos por desenrollar la madeja. Hay personas que disfrutan mucho con su trabajo porque lo consideran una extensión de su pasión vital  y otras que, sin considerar sus trabajos una condena, no disfrutan, sólo pagan facturas mientras vuelcan sus pasiones en otra parte, la práctica de una afición, por ejemplo. También hay los que ni disfrutan con su trabajo ni tampoco de su tiempo de ocio. Sólo se sienten desdichados por no saber quiénes son ni para qué valen. Pero existe una cuarta tipología bastante frecuente: los que sienten una gran inquietud por saber cuál es su sitio pero, pese a su búsqueda, no lo han encontrado.

Para despejar el camino preguntémonos si  encajamos en la tipología:

A. Personas dispersas, con muchos focos de interés

B. Personas centradas en intereses concretos

C. Personas sin intereses claros

Avanzando un paso más allá cuestionémonos si existe un hilo conductor en los desempeños laborales y/o aficiones a las que nos hemos dedicado hasta el momento. Para los teóricos esta tarea resultará muy fácil, pero para los que no lo son, ni se imaginan siquiera cómo acometer una investigación en pos del supuesto hilo,  la tarea en sí les resultará exasperante.  El teórico indagará en su pasado buscando relación entre sus elecciones, vínculos, desempeños, personas… Se hará preguntas y vislumbrará pequeñas lucecitas que le guíen  en su búsqueda. Los del otro extremo necesitan PROBAR, meterse de lleno en la búsqueda de actividades y personas que puedan clarificar su nebulosa.

 Todos somos diferentes, pero al mismo tiempo, todos buscamos un lugar propio. Ese lugar propio, el elemento, del que escribe Ken Robinson, reivindicándolo  como componente singular del individuo para el  disfrute de una vida laboral y personal, no es un objetivo en sí sino un proceso. Es necesario  evitar la desolación y el derrotismo, y probar. En la acción aparece el descarte y el descubrimiento. Así que nada mejor que dejar de lado al peor enemigo (o sea uno mismo) y elegir el camino más  idóneo para cada cual: los teóricos, la reflexión y los otros, el mejor antídoto contra el conformismo: ¡la acción!

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Los consejos de Daniel Coyle sobre el talento


 

Talento, Microcambios, aprendizaje, reto

El pequeño libro del talento de Daniel Coyle recoge 52 propuestas para mejorar y crear nuevas habilidades. Algunas son de cajón como la de no sucumbir al mito del niño prodigio o permitirte hacer el ridículo, otras son prácticas y contra aplazamientos: mejor cinco minutos al día que una hora a la semana, para aprender mejor, enséñalo; y las hay muy creativas como: pensar en imágenes, simular o usar el baremo EIFE.
Empieza por curiosear en ellas y si despiertan tu curiosidad ¡a por el libro!
Durante toda su vida Jim Rohn, un célebre autor motivacional, no se cansó de subrayar que la inversión más valiosa que alguien puede hacer en su vida es ni más ni menos mejorarse a uno mismo.

1.Observa a la persona en que deseas convertirte
2.Dedica 15 minutos al día a grabarte la habilidad en el cerebro
3.Roba sin complejos
4.Cómprate un cuaderno
5.Permítete hacer el ridículo
6.Escoge lo espartano y renuncia a lo lujoso
7.Antes de empezar, determina si se trata de una habilidad dura o blanda
8.Para construir habilidades duras, trabaja como un carpintero meticuloso
9.Para construir habilidades blandas, practica como los aficionados al monopatín
10.Respeta las habilidades duras
11.No sucumbas al mito del niño prodigioso
12.Cinco maneras de escoge a un maestro o entrenador de gran calidad
13.Descubre el punto óptimo
14.Quítate el reloj
15.Divide cada movimiento en segmentos
16.Intenta construir un segmento perfecto cada día
17.Lucha
18.Mejor cinco minutos al día que una hora a la semana
19.No hagas ejercicios. En su lugar, practica juegos breves, adictivos
20.Practica en solitario
21.Piensa en imágenes
22.Cuando te equivoques, date cuenta enseguida
23.Visualiza la red neuronal cerebral cuando crea nuevas conexiones
24.Visualiza la red neuronal cerebral ganando velocidad
25.Reduce el espacio
26.Más despacio (más aún de lo que crees)
27.Cierra los ojos
28.Simula
29.Cuando aciertes, regístralo
30.Échate una siesta
31.Para aprender un movimiento nuevo, exagéralo
32.Haz intentos positivos
33.Para aprender de un libro, cierra el libro
34.Usa la técnica del sandwich (da el paso correcto, da el paso incorrecto, vuelve a dar el paso correcto)
35.Usa la técnica del 3×10 (practica algo tres veces con pausas de 10 minutos entre repeticiones)
36.Invéntate exámenes diarios
37.Para escoger el mejor método de práctica, usa el baremo EIFE (esfuerzo, implicación, finalidd y evaluación intensa y rápida)
38.Déjalo antes de agotarte
39.Practica inmediatamente después de la actuación
40.Justo antes de dormir, visiona mentalmente una película
41.Termina con una nota positiva
42.Seis maneras para llegar a ser un mejor profesor o entrenador.
43.Acepta las repeticiones
44.Ten mentalidad de obrero
45.Por cada hora de competición, dedica cinco a la práctica
46.No pierdas el tiempo intentado abandonar malos hábitos; dedícate mejor a crear nuevos hábitos
47.Para aprender más profundamente, enséñalo
48.Concede a cualquier habilidad nueva un mínimo de ocho semanas
49.Cuando sientas que te estancas, da un cambio
50.Cultiva la determinación
51.Mantén en secreto tus grandes metas
52.Piensa como un jardinero y trabajo como un carpintero

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10 ideas útiles para no estar parado


Cristoph Nieman 1
Ilustración: Christoph Niemann

Llega la fatídica noticia: ¡estás despedido/a! y se nos queda la cara a cuadros. ¿Despedido/a? ¿Después de veinte años de entrega a esta empresa? ¿Con tan sólo cuatro meses de prácticas? ¿después de no querer reinventarme por estar seguro/a? ¿antes de que me haya hecho idea de qué va esto? El cambio siempre se produce y no es negociable. Hay una nueva situación y lo que conviene es enfrentarla cuánto antes. Se debe huir de los por qué: rara vez conducen a buen puerto. Generalmente la respuesta a esos por qué nos empequeñecen: porque ya no soy útil, porque a alguien le tenía que tocar y yo soy el chivo expiatorio, porque no he sabido estar a la altura, porque me tenía que tocar esta injusticia tan inmerecida… Etcétera. Mejor olvidar esa parte y formular preguntas como ¿para qué estoy en esta situación? ¿Será para desafiarme? o ¿para tener oportunidad de encontrar algo mejor? ¿será para desarrollar mi talento abotargado por el conformismo? o ¿será porque estamos en una crisis y mi sector no admite tantos profesionales de mi perfil? Cualquiera que sean tus preguntas y tus respuestas, ya estás haciendo algo y lo mejor es que no te estás culpando de tu situación sino reflexionando sobre ella. A partir de ahí la remontada se producirá en breve porque estar en paro no significa que estés parado. Así que mejor ponerse manos a la obra y tomar decisiones:

1.Buscaré algún curso que me permita aprender algo que me guste y me evite horas de estar en casa mano sobre mano.
Mejoraré destrezas que ya poseo y no he fortalecido lo suficiente como el aprendizaje de un idioma o el desarrollo de una afición que me ayude a recuperar la paz.

2.Utilizaré todas las herramientas a mi alcance para hacer público que estoy buscando trabajo: lo anunciaré en redes sociales, se lo comunicaré a mis relaciones más cercanas y también a los simple conocidos. No desaprovecharé ninguna oportunidad para que se produzca una oportunidad

3.Trabajaré en mi CV y pensaré quién soy y en qué me distingo de los demás. Me comprometeré en esta investigación personal y me propondré ser muy, muy creativo/a. Si tuviera la oportunidad de contratarme ¿cómo sacaría lo mejor de mí mismo?

4.Me fijaré un objetivo y un plazo y me propondré cada día hacer alguna pequeña acción que me acerque más a mi estado deseado. (Haré una llamada, investigaré en qué han hecho los buscadores de empleo como yo, leeré un buen libro, preguntaré a alguien con un gran conocimiento de la situación qué me aconsejaría hacer, participaré en actividades que me mantengan conectado…)

5.Dedicaré tiempo a ayudar a quien necesite de mis habilidades ( crearé un blog, participaré como voluntario en una ONG, me comprometeré con algún familiar o amigo)

6.Buscaré el apoyo de mi equipo a favor (familia, amigos, mentores, compañeros) y les haré saber que estoy dispuesto/a a no darme por vencido/a pero que necesitaré de su aliento en los momentos bajos. Cada día buscaré fortalecer una relación. Y aprovecharé que tengo tiempo para escribir una carta de agradecimiento a todos los que me han ayudado a ser quien soy.

7.Trabajaré incansablemente en adoptar buenos hábitos que sostengan mi fuerza de voluntad (fijaré unas rutinas positivas y le dejaré poco espacio a mi censor interno). Si tengo un día malo, lo daré por bueno y seguiré adelante sin machacarme.

8.Exploraré mi parte creativa a través del pensamiento lateral haciéndome preguntas que cambien mis puntos de vista más habituales: ¿Y si me levantará hoy y todos mis problemas hubieran desaparecido? ¿cómo me sentiría? ¿con quién lo compartiría? ¿que haría si no necesitara ganar dinero para vivir? ¿cómo sería mi día ideal? ¿Qué aspecto positivo hay en que me hayan despedido/a? ¿me gusta algún aspecto de disponer de más tiempo para mí y los míos? Apuntaré todas mis ideas para que no esfumen admitiendo la versión mala de todo cuanto se me ocurre. Los escritores de guiones saben que detrás de una versión mala del guión siempre hay una señal que apunta a una buena dirección.

9. Buscaré empleo infatigablemente y no me importará si llueve o hace sol. Me permitiré aceptar, como primer paso de mi nueva vida de reinsertado laboral, un trabajo que no me satisfaga al cien por cien, pero no perderé de vista dónde quiero estar a medio y largo plazo.

10. Evitaré decisiones que perjudiquen a mis valores y mi consideración sobre mí mismo/a. Y para reforzar mi auto compromiso escribiré un diario de progreso donde anotaré los logros, los pequeños avances, los obstáculos que me salen al paso, las ideas que se me ocurren, las conversaciones que deseo mantener con el mundo, las ideas más brillantes que he cazado al vuelo, las personas que me están ayudando, las personas a las que necesito perdonar para abandonar mi ira.

Nos imponen la circunstancia (quedarnos sin nuestro medio de vida) pero nadie tiene poder para imponernos la actitud que adoptemos hacia ella, así que mejor actuar y evitar que el tren nos pase por encima. Un camino de mil kilómetros empieza por un paso pequeño y luego otro, y luego otro, así hasta que el camino se ha convertido en una verdadera casa.

¡A por ello! Y buena travesía.

Cecilia Monllor

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Las verdades generales


Ciertos pescadores sacaron del fondo una botella.

Había en la botella un papel, y en el papel estas palabras:

-¡Socorro!, estoy aquí. El océano me arrojó a una isla desierta. Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa. Estoy aquí!

-No tiene fecha. Seguramente ya es demasiado tarde. La botella pudo haber flotado mucho tiempo, dijo el pescador primero.

-Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano, dijo el pescador segundo.

-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla Aquí está en todos lados, dijo el pescador tercero.

El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema.

Wislawa Szymborska (Parábola)

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Personas que lo cambian todo, los imprescindibles


Cada vez que veo esta escena de El club de los poetas muertos pienso en las personas imprescindibles de nuestra vida, aquellas que nos han hablado de tú  a tú como si el resto del mundo no existiera, esas personas que existen para provocar respuestas, cuya misión única es funcionar como revulsivo, esas personas que nos arrancan del miedo cogiéndonos de la mano y enseñando cómo es eso tan horrible que imaginamos,  aquellas que despiertan en nosotros un bendito deseo de rebeldía. Y todo esto lo veo en esta escena.