El perdón es esencial para vivir. Sin él no volvemos a tener relaciones humanas con los demás. Ni con Dios. Sin el camino del perdón, no solo negamos la humanidad del otro a pesar de su lado oscuro, sino la nuestra propia. ¿Qué es imperdonable? No es el mal que nos han hecho, es la furia que sentimos por habernos colocado en la situación de padecer ese mal. El perdón no es hacia el otro, es hacia nuestro propio ego. Lo que nos repugna es no haber estado a la altura. Todos aspiramos a ser más de lo que somos pero cuando no lo logramos nos volvemos contra los que lo han impedido. Contra los que han revelado nuestra debilidad. Cuando perdonamos hacemos las paces con nosotros mismos.
Ingrid Betancourt
Fuente: Mujerhoy 26 julio 2014 pág 22
Me han encantado tus palabras. Si tienes tiempo para pasarte me gustaría que me dijeses qué te parece mi blog http://umagah.wordpress.com/