Publicado en Vídeos Inspiradores

Replantearse


Hace tiempo que las Navidades quedaron atrás. Todos hicimos nuestros regalos. Pensamos en cosas materiales y no materiales con que agasajar a los nuestros y algunos también regalaron su tiempo. El  experimento, al que se refiere el vídeo, revela un hecho incuestionable: ¡nos pensamos eternos! Creemos que duraremos toda la vida, pero el tiempo es un niño caprichoso con alma de anciano.

«Tenemos en la cabeza que las personas van a estar ahí siempre», dice una chica en el transcurso del reportaje, «y a lo mejor no decimos un te quiero porque lo damos por hecho». ¿Nos tenemos que imaginar el peor de los casos para replantearnos nuestra comunicación, nuestros actos, nuestra forma de dar y recibir o de vivir? Cualquier minuto es bueno para pensar.

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Publicado en Pensando en voz alta

Se puede…


microcambiosIlustración: Peter Callesen

-Superar el miedo y confiar en ti mismo/a

-Ser amable

-Ayudar a otro

-Escuchar a quien lo necesita

Desprenderte de cosas

Agradecer un gesto sincero

-Aprender de quien crees que no puede enseñarte nada

Aceptar un fracaso y no hacer un mundo de eso

-Prestar atención al momento

No amargarte la vida con minucias

No amargar la vida a los demás con más minucias

No quejarte por todo y de todo

Confiar en el prójimo

-Dar y recibir sin apuntar en la lista del debe y el haber

No querer siempre llevar la razón incluso cuando  piensas que la tienes

-Creer en las oportunidades

-Pasar página y recitar el mantra: esto también pasará

-Ser humilde

-Ponerte en los zapatos del vecino/a

-Pasarlo bien en Navidad aunque todo el mundo diga lo contrario

-Ahorrar y ser generoso/a

Disfrutar de los placeres cotidianos

-Celebrar  tus pequeñas victorias

-Proponerte vivir en un mundo más humano y justo

-Enseñar lo que sabes a quien necesite de tus recursos

-Perdonar sin necesidad de apuntes en el cuaderno de agravios

-Amar

Sí, se puede. Te puedes mudar de sistema y cambiar cualquier cosa de ti mismo o de tu vida desde ya.  Basta con empezar.  Un largo camino comienza con un paso pequeño. 

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Cuando ya no estés, cuando ya no esté


Microcambios, Me mudo de sistema,

Ocurrirá algún día. Un día, sí. Ya no estarás. Ya no estaré. Ese día será muy parecido al resto de los días. Saldrá el sol, se pondrá el sol. Todo el mundo respirará como antes, salvo tú, salvo yo. En los periódicos, en las radios, en las televisiones, en internet, habrá noticias. Como cualquier otro día. Como esos días calcados en los que tú estabas, en los que yo estaba. Y qué curioso, nada habrá cambiado y todo habrá cambiado. Solo porque ya no estás, porque ya no estoy. Piénsalo. Cuando el otro abra los ojos y piense que el mundo es diferente, solo porque tú te has ido, porque yo me he ido, la ilusión perdurará en su cerebro como un encantamiento, quizás minutos, tal vez horas, puede ser que días e incluso meses y exagerándolo todo,  años. Sí, pero, moja el pie en el agua y comprobarás que la piel toca el agua y hay poca diferencia en la sensación que experimentabas cuando yo estaba. También yo lo hago. Al final, la muerte no resulta ninguna sorpresa. No es el fin, ni el principio de nada, sino la continuidad de todo, a excepción de ti y de mí. Tú y yo somos meras partículas suspendidas en un polvo lumínico que nos transforma y nos dispersa en un infinito imposible de cuantificar.

Un día habrá silencio, para ti, para mí. Y será como si tú y yo nunca hubiéramos existido.  Como si antes que tú y yo, el mundo fuera tan mundo que no albergara la posibilidad de habernos contenido. Esto no es cierto. No al menos, para ti, ni para mí.