De vez en cuando me tropiezo con algo que me parece brillante. Ocurre muchas veces, en los lugares más dispares posibles. Escucho, leo o capto al azar una frase y pienso: ¡qué interesante! Luego dejo que esa idea me lleve a alguna parte. Si he tenido la precaución de apuntarla se convierte en algo más, incluso para regalársela a alguien que pueda necesitarla; algunas veces, por desidia, confío en mi memoria y claro la idea se evapora, una auténtica lástima. Sin tener conciencia de que eso es «coleccionismo de buenas ideas» llevo practicándolo años. Así que os animo a ser sistemáticos y a empezar vuestra Colección. Ahora bien, recordad:
1-Es necesario apuntar todas las buenas ideas ( la memoria se divierte olvidando)
2-Para que sean útiles hay que revisarlas muy a menudo
Aquí tenéis: una microidea barata y realmente brillante.
Os envío una frase con una idea muy sencilla que he leído hace muy poco, de lo contrario ya la hubiera olvidado. Era algo así: la felicidad no está en realizar grandes ideales, sino en idealizar la realidad cotidiana. Lo que no recuerdo es quien la escribió (no lo apunté!).
Buena idea lo de apuntarlo!
Bienvenida tu buena idea. A partir de ahora apúntalas y cuando la necesites recurre a ellas. De verdad que es útil. Tu idea (de no se sabe quién) me recuerda a la hipótesis del rabino Hyman Schachtel sobre la felicidad. Según él, la felicidad no consiste tanto en tener lo que quieres sino en querer lo que tienes.