Bernal Díaz de Castillo, como él mismo lo explica, escribió sus crónicas para reivindicar el trabajo conjunto en la conquista de México. «Mi intento desde que comencé a hacer mi relación no fue sino para escribir nuestros heroicos hechos e hazañas de los que pasamos con Cortés, para que agora se vean y se descubran muy claramente quiénes fueron los valerosos capitane s y fuertes soldados que ganamos esta parte del Nuevo Mundo y no se refiera la honra de todos a un solo capitán; porque no hay memoria de ninguno de nosotros en los libros y memorias que están escritos, y sólo el marqués Cortés dicen en esos libros que es el que lo descubrió y lo conquistó, y los capitanes y soldados que lo ganamos quedamos en blanco, sin haber memoria de nuestra personas y conquistas, que por sublimar a un solo capitán quieren deshacer a muchos».
El sentimiento de injusticia y dolor está muy presente en sus palabras y no parece tanto una acusación contra Cortés sino más bien contra el mundo en general por haber asumido la versión fácil de la historia en la personalización de un héroe. La mente de Bernal Díaz del Castillo está alimentando una creencia de injusticia sobre un hecho del pasado que ya no existe y así lo manifiesta en su escrito. Con sus palabras quiere reivindicar la memoria y el heroísmo de muchos seres anónimos presentes en la conquista (él tiene la creencia de que el mundo no les ha hecho justicia, ésta es su interpretación personal). Por lo tanto la injusticia que denuncia Díaz del Castillo no están en los hechos (muchos hombres anónimos contribuyeron a la conquista de México) sino en cómo piensa él que el resto del mundo ha interpretado esta evidencia (esto es, muchos hombres anónimos contribuyeron a la conquista de México). Parece un rompecabezas pero no lo es.
La ira y el descontento no provienen de nada exterior puesto que lo real es lo que es, sin más, sino de la valoración personal de las emociones que esos hechos suscitan. Cuando juzgamos que el mundo comete un atropello estamos asumiendo algo que hemos creado nosotros, que de hecho no existe fuera de nuestra mente. Comprender esta idea tan sencilla es sinónimo de recobrar la paz. Y de paso de entender que resolver los problemas en el exterior es imposible. Sólo podemos afrontar nuestras creencias desde dentro por la vía de deshacerte de ellas, puesto que son variables, subjetivas y las has creado tú, pueden desaparecer y llevarse de paso el dolor y la ira.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...