¿Nos permitimos tener nuestras propias opiniones? ¿Nos damos permiso para ir contracorriente, para no aceptar lo inaceptable, para forjar nuestro ideario de valores al margen de modas y corrientes imperantes? No siempre resulta fácil pero intentarlo merece la pena. Como botón de muestra, esta escena de la película El Profesor.