Pintura: Jean Baptiste Corot
Imaginemos que la vida es un río. La mayoría de la gente no se aleja de la orilla, temerosa de soltarse y arriesgarse a ser arrastrada por la corriente.
En un determinado momento, todos debemos estar dispuestos a soltarnos, confiando en que el río nos lleve sanos y salvos. Si es así, es porque hemos aprendido a «dejarnos llevar por la corriente»,y esa sensación es maravillosa. En cuanto nos acostumbramos al fluir de la corriente,podemos mirar hacía delante y marcarnos nuestro propio curso, sorteando los obstáculos, adentrándonos por los canales y brazos del río que prefiramos, sin por ello dejar de «ir con la corriente».
SHAKTI GAWAIN