Reír es arriesgarse a parecer un tonto
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental
Recurrir al otro es arriesgarse a comprometerse
Exponer los propios sentimientos es arriesgarse a desnudar tu verdadero yo
Exponer tus ideas y sueños ante la multitud es arriesgarse a perderlos
Amar es arriesgarse a no ser correspondido
Vivir es arriesgarse a morir
Tener esperanza es arriesgarse a desesperarse
Intentarlo es arriesgarse a fracasar.
Pero hay que correr riesgos, porque no hay peor riesgo en la vida que no arriesgar nada. La persona que no arriesga, que no hace nada, que no tiene nada… no es nada. Tal vez evite el sufrimiento y el dolor, pero no aprenderá, no sentirá los cambios, no crecerá ni vivirá verdaderamente.
Encadenado a su miedo es un esclavo que ha perdido toda libertad. Sólo quien corre riesgos es libre. El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, y el realista ajusta las velas.
William A. Ward (Reader´s Digest)