En cualquier decisión publica que tomes, encontrarás que hay que se pone de tu lado y quien opina que estás loco/a y que por ese camino no vas a ningún lado. No es el clásico esquema de optimista/pesimista sino el de que opina con criterio y el que habla por hablar. Así que antes de tomar en cuenta la opinión del que te augura el fracaso seguro pregúntate:
¿Hago bien en confiar mis planes a esta persona?
¿Está pensando o en mí o proyectando sus propios temores?
¿Ha pasado antes por mi situación para saber con total seguridad que estoy abocado/a al fracaso?
¿Le he pedido consejo o ayuda o por el contrario se mete en mi vida así sin más?
Una vez contestadas estas preguntas te resultará muy fácil saber a quién debes tener en cuenta y a quien no.
Yo, huyo como de la peste, de los que te chafan todos tus planes, derriban tu autoestima y se burlan de cualquier iniciativa que comentas. Pero lo cierto, es que ya cada vez encuentro menos gente de esta clase en mi entorno, entre otras cosas porque elijo de quien deseo recibir una opinión.