Si escribir ayuda a las personas a encontrar un mínimo de sentido y solución a su trauma, tal vez sus reacciones emocionales frente a éste les resulten más fáciles de manejar y las elucubraciones indeseada les provoque menos inquietud. El proceso de narrar tu experiencia (o de contar una historia) puede llevarte a aceptarla. Además, escribir supone registrar tus pensamientos en el exterior, ya sea en la página de un diario o en un documento de Word, y eso te puede servir para descargarte, al registrar tus emociones, tus pensamientos y tus recuerdos fuera de ti, lo cual te permite superar tus preocupaciones.
Sigue las instrucciones que recibieron los participantes en el estudio de Pennebaker:
“Durante los próximos días, quisiera que escribieras acerca de tus pensamientos y sentimientos más profundos con respecto a la experiencia más traumática de toda tu vida. Al escribir, quisiera que dieras rienda suelta y analizaras tus emociones y tus pensamientos más profundos. Puedes asociar el tema con tus relaciones con los demás, incluidos tus padres, tus compañeros sentimentales, tus amigos o tus familiares, o con tu pasado, tu presente o tu futuro, o quien has sido, te gustaría ser o eres en este momento. Puedes escribir sobre las mismas cuestiones o experiencias generales todos los días, o sobre un trauma diferente en cada ocasión”
Como mínimo tendrías que escribir 15 minutos por día y durante varios días seguidos, el tiempo que sea necesario. Ten paciencia y sé persistente, y verás como van apareciendo las ventajas
Sonya Lyubomirsky
La ciencia de la felicidad