Publicado en Pensando en voz alta

¿Por qué Aristóteles es un clásico?


«Apasionarse es fácil. Todo el mundo puede hacerlo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en la medida adecuada, en el momento adecuado y con un objetivo adecuado , no es fácil, y no todo el mundo puede hacerlo».

¿Será por reflexiones como la cita, tan actual y valiente, que Aristóteles está vivo y presente en la mente de muchos de nosotros, ciudadanos del siglo XXI?

Yo tengo la respuesta y pienso que tú también. Leer a Aristóteles me ayuda. Tal vez a ti también y esa es la razón de que la comparta. El bien hace bien.

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Publicado en Libros recomendados

Construir ahora


microcambios

Fotografía: Juan Rodríguez 

«Hay que vivir con la certeza de que envejeceremos y que no será algo bonito, ni bueno, ni alegre. Y decirse que lo que importa es el ahora: construir, ahora, algo, a toda costa, con todas nuestras fuerzas. Tener siempre en mente la residencia de ancianos para superarse cada día, para hacer que cada día sea imperecedero. Escalar paso a paso cada uno su propio Everest y hacerlo de manera que cada paso sea una pizca de eternidad. Para eso sirve el futuro: para construir el presente con verdaderos proyectos de seres vivos».

La elegancia del erizo (Muriel Barbery)

Publicado en Microhistorias, Pensando en voz alta

El sentido del dinero


microcambios

Ilustración: Yuko Shimizu

Me gusta esta historia porque la interpreto como una brillante  metáfora sobre la circulación del dinero; además, expresa a la perfección mis creencias sobre esta cuestión. Las parábolas y cuentos sirven para explicar de forma sencilla conceptos difíciles de entender en su totalidad. 

«Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Casi sin darse cuenta llegó a una cabaña vieja, de aspecto desmoronada, sin ventanas ni  techos. El pobre hombre encontró una pequeña sombra donde acomodarse para huir del calor y el sol del desierto. Al observar a su alrededor, descubrió una oxidada bomba de agua, se arrastró hacia allí, agarró  la manivela y comenzó a bombear y  a bombear sin parar… pero no sucedía nada.

Desilusionado, se apartó y entonces observó que a su lado había
una botella vieja. La miró, le quitó el polvo y leyó en la etiqueta: «Amigo, necesita primero precargar la bomba con toda el agua que contiene esta botella. Antes de marcharse, por favor, tenga la gentileza de llenarla nuevamente».

El hombre desenrosco la tapa de la botella, y ahí estaba el agua. ¡La botella estaba llena! De repente,  se vio en un dilema… si bebiese aquella agua, sobreviviría sin duda, pero si decidía verterla en  esa bomba vieja y  oxidada, quizás obtuviera agua fresca del fondo del pozo, y pudiera beber toda la que quisiese, o tal vez no; tal vez la bomba no funcionaría y el agua de la botella se desperdiciaría. Incluso podría morirse de sed.

¿Qué debía hacer? ¿Verter el agua en la bomba y esperar a que
saliese agua fresca?, o ¿beber el agua vieja de la botella e ignorar
el mensaje que le había dejado un desconocido? ¿Debía perder toda aquella agua confiando en unas instrucciones, aparentemente poco confiables, escritas no se sabe cuánto tiempo atrás?

Con grandes dudas, el hombre derramó gota a gota el agua en la bomba, enseguida agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba empezó a rechinar y rechinar sin parar pero… ¡nada pasaba! La bomba siguió con sus ruidos y entonces surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente el agua corrió con abundancia, agua fresca y cristalina.

El hombre llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y bebió  su contenido refrescante. Enseguida, la rellenó  hasta arriba para el  próximo viajante y enriqueció la frase:
«Créame:¡funciona!, usted tiene que dar toda el agua antes de
obtenerla nuevamente!»»

Publicado en Pensando en voz alta, Vídeos Inspiradores

A Contracorriente


Divertida, original, inspiradora… he aquí una charla de las que sorprenden, contada por un hombre que domina el arte del relato y la metáfora. Intercala elementos cultos del mundo de la filosofía y la literatura con la construcción, el mercado, los residuos, desechos, humor y su propia e inteligente manera de pensar a contracorriente. Todo un regalo los minutos que dura esta divertida y reflexiva conferencia.

Publicado en Pensando en voz alta

Tomar conciencia de la cuerda


nudos»
Ciertas personas tienen indiscutiblemente una notable capacidad de tener a los demás bien atados con nudos.
Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar.
Con frecuencia, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo.
Impresiona constatar hasta qué punto les resulta difícil a las partes en juego
ver lo que pasa.
No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo
forma parte del nudo».

Nudos
R.D. Laing