Desde niños nos enseñan que la vida plena es un ideal inalcanzable. Pasamos la mayor parte de nuestra existencia repitiendo esquemas aprendidos de otros sin molestarnos en comprobar cuán de cierto hay en ellos. ¿Para qué gastar tiempo en una búsqueda que requiere esfuerzo y que, de partida estamos advertidos, nos lanzará al desengaño? El error está en la premisa de partida: la plenitud no es un ideal sino la consecuencia de un proceso de desaprendizaje. Al igual que nos desvestimos para entrar en la ducha, necesitamos deshacernos de los estorbos que nos asfixian en nuestras pequeñas vidas. El hecho de reconocer la existencia de un cerco formado por mitos muy asentados en el subconsciente colectivo, es un primer impulso, sí, pero sin la parte personal de búsqueda y conciencia, este reconocimiento es papel mojado.
Lo que ocurre cuando el momento Eureka alumbra nuestra mente y descubrimos que la plenitud está sustentada en unas sencillas verdades que, por otra parte, la Humanidad está harta de repetir desde sus inicios, resulta desconcertante: en lugar de apresurarnos a cambiar agradecidos por el descubrimiento, nos frustramos. ¡Ah eso es demasiado tonto y simplón! ¡No puede ser en modo alguno tan sencillo, ni hablar! Los tontos y simplones somos nosotros que confiamos en la existencia de un elixir mágico. Preferimos derrochar ingentes cantidades de dinero en la búsqueda de ese elixir antes que pasar por tontos cambiando de creencias y de actitud. Y somos tan bobos como para creer que el Paraíso (o lo que interpretamos por vida plena) está exenta de fracaso, muerte, dolor, carencias, pruebas de resistencia y privaciones.En este sentido seguimos poco evolucionados como nuestro primer antepasado cuyo cerebro tenía muy limitadas sus capacidades.
Pero hoy puede ser distinto ¿por qué no dar un primer paso hacia el cambio leyendo con calma la lista de mitos y pensando en qué sencilla verdad esconden sus contrarios?
1. Las cosas son como son
2. Hay que ser realistas y conformarse con lo que hay
3. El talento viene de serie
4. Nadie hace nada por otro sin pedir algo a cambio
5. La libertad personal es un término abstracto poco concretable
7.La sabiduría es inalcanzable
8. La pasión es una engañifa
9.El perdón no arregla nada
10. La perseverancia solo trae más de lo mismo
Cecilia Monlllor