«Me casé hace cuatro o cinco años. Entre mi marido y yo decidimos qué queríamos de regalo, ya que teníamos de todo. No necesitábamos nada, y en lugar de pedir una cristalería, cosas de marca o las cosas que normalmente se piden, decidimos que queríamos hacer una obra benéfica. Entregamos todo el dinero de la cuenta a la Fundación Vicente Ferrer para que hiciera una escuela en la India. Reunimos algo más de un millón de pesetas, y con este dinero se hizo la escuela. Al año siguiente, ya hecha la escuela, fuimos a verla y la inauguramos».
Testimonio de Núria
Publicado en El libro de las emociones de Gaspar Hernández
Historias como la de Núria resultan un soplo de aire fresco. Me ha encantado saber de ella.