Como la inteligencia, los talentos no son dones innatos, sino el resultado de la acumulación lenta e indivisible de habilidades desarrolladas desde el momento de la concepción. Todos los individuos nacen diferentes, y algunos lo hacen con ventajas únicas para ciertas tareas. Pero nadie está genéticamente destinado a la grandeza y pocos están limitados por la biología para alcanzarla.
David Schenk