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Consejos financieros de Defoe, Flaubert, Dickens y Tolstoi


microcambios

Lea a Defoe para comprender el dinero

 Lea a Flaubert antes de pasar la tarjeta de crédito

 Lea a Dickens para distinguir entre ahorrar y acaparar

Lea a Tolstoi antes de comprar un automóvil

El dinero provoca tantos estragos en las novelas victorianas —donde aparece y desaparece de manera mágica en las primeras páginas— que ofrece una especie de curso general sobre lo que no se debe hacer. “Nunca se había producido tal acumulación de riqueza financiera como ocurrió en el siglo de XIX gracias a la revolución industrial”, afirma el historiador de la Universidad de Harvard, Niall Ferguson. Las novelas victorianas a menudo aparecían serializadas en las mismas publicaciones que informaban sobre las crisis económicas del momento, indica Nicholas Dames, profesor de literatura comparada en la Universidad de Columbia.

“Explicar cómo estas cosas podían suceder se convirtió en una de las funciones de la novela”, señala. “Los relatos nos enseñan que nadie está exento del peligro financiero, a pesar de que una persona tenga una conducta intachable”.

A continuación cuatro lecciones financieras para los lectores del siglo XXI.

Lea a Defoe para comprender el dinero. Tal vez nada ilustra mejor la relación irracional de la gente con el dinero que una escena estupenda de Robinson Crusoe poco después de que el barco del héroe queda hecho trizas en una isla desconocida aparentemente desierta.

Crusoe busca en los restos de la embarcación cualquier cosa que le sea útil, como cuchillos, herramientas, comida e incluso alcohol. Luego encuentra un cajón lleno de monedas de oro: “Cuando vi el dinero sonreí y exclamé: ¡Oh, droga!, ¿para qué me sirves? No vales nada para mí… No tengo forma de utilizarte”, dice. Pero después se queda con el dinero de todas formas.

“Esto es precisamente en lo que el mundo financiero se equivoca”, apunta Don Phillips, director de investigación global de Morningstar, que iba encaminado a obtener un doctorado en literatura cuando abandonó los estudios para ingresar a las finanzas.

“Intelectualmente, comprendemos que hay metas más importantes, que el dinero no es más que un medio para un fin —para sostener el estilo de vida que deseamos— y no una meta en sí misma. Pero Wall Street lo convierte en un juego en que tenemos que acumular cantidades más y más grandes que las que ya tenemos”.

En todo caso, el dinero fue útil décadas más tarde, cuando Crusoe regresó a la civilización.

Lea a Flaubert antes de pasar la tarjeta de crédito. Decir que Madame Bovary tiene que ver con los peligros de las tarjetas de crédito es como decir que El rey Lear de Shakespeare trata acerca de la deficiente planificación patrimonial. Pero la verdadera perdición de Emma Bovary es la usura, no el adulterio.

El comerciante Monsieur Lheureux sirve como su Amazon.com y su MasterCard, ofreciéndole objetos de primera calidad a tasas de interés incluso más altas. “No necesito nada”, dice al principio, pero mientras le sigue mostrando bufandas y baratijas divinas, Emma no puede resistir. “¿Cuánto cuestan?”, pregunta y después termina hundida en deudas, utilizando un crédito para pagar el otro y ahogando sus miserias en una botella de arsénico.

Lea a Dickens para distinguir entre ahorrar y acaparar. Cuando su sobrino le desea una feliz Navidad, Ebenezer Scrooge, el más famoso de todos los amantes del dinero, ve sólo rojo: es decir, números rojos. Su famosa respuesta (“¡Bah! ¡Tonterías!”) podría parecer estar demasiado arraigada en la cultura popular como para ayudar a los tacaños de hoy a detectar sus errores. No obstante, Ted y Brad Klontz, un equipo de padre e hijo de psicólogos financieros y Rick Kahler consideran en su libro The Financial Wisdom of Ebenezer Scrooge (algo así como “La sabiduría financiera de Ebenezer Scrooge”) a los tres fantasmas de Cuento de Navidad esencialmente como tres terapeutas, que le ayudan al mezquino a reconciliarse con su pasado, reconsiderar creencias rígidas de su presente y evitar un futuro no deseable. Brad Klontz utiliza un método similar, aunque menos sobrenatural, con sus propios clientes. “Vemos a personas que son muy exitosas, tienen millones de dólares en el banco, pero se niegan a ir al dentista y a tomar vacaciones” señala. ¡Bah! Es mejor cambiar su forma de ser y disfrutar un poco de sus ahorros responsables.

Lea a Tolstoi antes de comprar un automóvil. Aunque Ana Karenina es más recordada como (otra) novela sobre el adulterio, es también un espléndido manual para negociar con los vendedores de automóviles. En un momento determinado, Oblonsky, un noble de Moscú, visita la finca de su amigo Levin, anuncia que acaba de vender un terreno y pregunta si consiguió un buen precio. Levin se limita a preguntar, “¿Contaste los árboles?” Oblonsky no lo hizo, pero Levin le asegura que su comprador sí lo hizo. Sólo un tonto compra o vende algo sin conocer su verdadero valor. Eso parece sencillo, ¿pero con qué frecuencia nos sentamos a hablar con el vendedor de autos sin conocer el valor real del vehículo? Siempre hay que contar los árboles. Cuéntelos con calculadoras, planillas o aplicaciones, si es necesario. Incluso mejor, cuéntelos en su forma ideal: tras haber sido transformados en papel y encuadernados en un buen libro.

Artículo de Jeremy Olshan

* Pincha aquí para acceder al original  The Wall Street Journal

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15 ideas que valen su peso en oro


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Ilustración: Rafal Olbinski

¿Inventas excusas?

¿Evitas hacer cosas que te asustan?

¿Te apoltronas en la zona de confort?

¿Pospones todo para mañana?

¿Te define la opinión de los demás?

¿Enjuicias a todo bicho viviente?

¿Te escudas en no tengo, no puedo… para hacer?
¿Te comparas continuamente? 


Las personas con mucha confianza en sí mismas:

1. Se hacen cargo de sus pensamientos y de sus acciones. No le echan la culpa al tráfico si han llegado tarde a  la oficina; simplemente  han llegado tarde.  No camuflan sus defectos con excusas como «No tengo tiempo» o «No soy lo suficientemente bueno»; encuentran el tiempo y se encargan de mejorar hasta que son los suficientemente buenos. No inventan excusas.

2: No permiten que el miedo domine sus vidas. Saben que las cosas que los atemorizan son con frecuencia aquellas cosas que es necesario hacer para convertirse en las personas que están destinadas a ser. No evitan hacer cosas que les asustan.

3. Evitan las zonas de confort, porque saben que es ahí donde los sueños mueren. Buscan activamente la sensación de incomodidad porque saben que desafiar los propios límites es crucial para ser exitosos. No viven en una burbuja de confort.

4. Saben que un buen plan debe ser ejecutado hoy y que eso es mejor que llevarlo a cabo en algún momento. No esperan al «momento apropiado» o  a las «circunstancias apropiadas», ya que saben que esas reacciones están basadas en el miedo al cambio. Actúan aquí, ahora, hoy –porque es ahí donde se da el progreso. No posponen las cosas para la semana que viene.

5 Jamás se ve atrapada por las opiniones negativas. Les interesa el bienestar de los otros y buscan tener un impacto positivo en el mundo. No se ven afectados por las opiniones negativas  sobre las que no pueden hacer absolutamente nada. Saben que sus verdaderos amigos los aceptarán como son y no les interesa lo que el resto piense de ellos  No se obsesionan por las opiniones de otros.

6 No toleran el drama innecesario y auto infligido. No necesitan insultar a sus amigos por detrás, ser parte de los rumores acerca de compañeros de trabajo o vapulear a la gente que opina diferente. Se sienten a gusto con como son y no tienen necesidad de mirar con desprecio a nadie.  No juzgan a la gente.

7. Hacen uso de los recursos a su alcance, no importa si son muchos o pocos. Saben que todo es posible con creatividad y estando dispuestos a no rendirse. No agonizan frente a los contratiempos, sino que se focalizan en obtener una solución. No hacen comparaciones.  No dejan que la falta de recursos los detengan.

8. No tienen que competir con ninguna otra persona. Solo con la persona que ellos mismos fueron ayer. Saben que cada persona vive una historia que es tan única que compararse es simplemente un ejercicio absurdo y simplemente inútil. No compiten con nadie.

9.Carecen de  interés por complacer a otros. Son perfectamente conscientes de que uno no puede llevarse bien con todo el mundo. Se focalizan en la calidad de sus relaciones, en vez de hacerlo en la cantidad. No les produce placer complacer a la gente.

10. No necesitan que les echen una mano. Saben que la vida no es justa y que las cosas no siempre saldrán del modo que ellos quieran. Saben que no pueden controlar todos los eventos de sus vidas, y se focalizan en su poder de reaccionar positivamente  y encontrar en eso un impulso.  No necesitan de respaldo constante.

11. Confrontan los vaivenes de la vida atacando directamente la raíz para evitar que el mal se disemine. Saben que los problemas que no son resueltos se multiplican a medida que el tiempo pasa. Prefieren tener una conversación incómoda con su pareja hoy a barrer una verdad incómoda debajo de la alfombra, poniendo en riesgo la confianza.  No evitan las verdades incómodas.

12. Se levantan después de cada caída. Saben que los errores son inevitablemente parte del proceso de crecimiento. Se comportan como  detectives,  siempre buscando pistas que revelen por qué algo no funcionó. Después de modificar el plan A vuelven al camino, convencidos de que esta vez obtendrán mejores resultados. No renuncian a causa de inconvenientes menores.

13. Actúan sin dudarlo. Cada día se recuerdan a sí mismos: «si no lo hago yo, ¿quién?».  No necesitan el permiso de nadie para actuar.

14. No se limitan   a tener un plan A. Hacen uso de todas las herramientas a su disposición testeando implacablemente en cada intento su efectividad hasta que identifican las estrategias que tienen los mejores resultados al menor costo en tiempo y esfuerzo.  No se limitan a usar un conjunto pequeño de herramientas.

15. No aceptan los artículos publicados en Internet como algo verdadero solamente porque su autor “así lo dice. Estudian el artículo bajo la lente de su perspectiva única. Mantienen un escepticismo saludable haciendo uso de cualquier material que les sea relevante en su vida y olvidándose del resto. A pesar de que estos artículos son entretenidos y una forma interesante de ejercitar nuestras ideas, las personas con mucha confianza en sí mismas son las únicas con el poder para decidir el significado de la palabra “confianza”.  No aceptan ciegamente lo que leen sin antes pensarlo y analizarlo.

Fuente: http://www.lifehack.org/articles/communication/15-things-highly-confident-people-dont.html Sigue leyendo «15 ideas que valen su peso en oro»

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Musas


Nan

Imagen: Nancie Atwell

No sueño con recibir un premio de un millón de dólares como Nancie Atwell, ganadora del Nobel de los maestros, pero sí con emularla en su valioso empeño por enseñar el amor a los libros mediante la lectura. Ella es mi musa, una inspiración. Como Nancie a los siete años aprendí, a causa de unas fiebres reumáticas, que leer te da otra vida de regalo.

Aquí os dejo la noticia de la concesión del premio a una educadora que lleva escritos nueve libros sobre lo importante que es aprender a leer y escribir.

«La norteamericana Nancie Atwell ha ganado este domingo la edición de este año del considerado el Nobel de la enseñanza. El premio —el Global Teacher Prize— se ha hecho público en el Global Education & Skills Forum, celebrado en Dubai,

De niña, una fiebre reumática dejó a Atwell un tiempo en la cama y le acercó a los libros. Desde hace 25 años se ocupa de acercarle los libros a otros. Lo hace desde su Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje, una escuela privada en Maine (EE UU) en la que imparte cursos de lectoescritura a estudiantes de octavo curso. Su secreto radica en que «la biblioteca del aula está llena de historias interesantes de escritores serios que los alumnos tienen tiempo para leer en el colegio, y también se espera que lean de noche en casa», resalta. «Mientras la mayoría de los norteamericanos solo leen de seis a ocho libros al año, mis alumnos leen 40 libros», agrega. En una entrevista en la revista Newsweek presumía de que sus alumnos «van desde niños disléxicos a sofisticados jóvenes críticos literarios». Un reciente informe de la OCDE advertía de que los chicos leen menos por placer que las chicas (el 50% de ellos frente al 75% de ellas): «Los niños no leen porque no saben que leer», responde Atwell tajante. «¿Por qué no les ofrecen apasionantes historias de deportistas? Dadles libros que les interesen a ellos también y entonces lo leerán«, concluye».

Fuente: El País 15 marzo 2015

Lola García Ajofrín

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El corazón tiene cerebro


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Entrevista con Annie Marquier, matemática e investigadora del cerebro

«Tengo 72 años y sigo siendo joven. Nací en Toulouse y vivo en Canadá. Estudié la carrera de Matemáticas y piano. Creo que el ser humano lleva consigo un potencial extraordinario de conciencia, inteligencia, sabiduría y amor; descubrimientos científicos recientes lo constatan».

Ciencia y conciencia: Tras estudiar Matemáticas y la carrera de piano y órgano fue profesora en La Sorbona. Luego se instaló en India y participó en la creación de la comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Y poco después fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de El poder de elegir, La libertad de ser y El maestro del corazón (Luciérnaga). Lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la conciencia y sus planteamientos son siempre rigurosos y están documentados. El próximo sábado expondrá en las jornadas sobre La Evolución de la Conciencia (CosmoCaixa) los descubrimientos sobre el cerebro del corazón y sus implicaciones.

Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?

No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.

¿Es inteligente?

Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.

Primera…

La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?
Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

Segunda conexión…

La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

Tercera…

La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

Cuarta…

La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.

¿Y se ordena con las emociones positivas?

Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?

El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?

¿…?

Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.

¿Aparece con las emociones negativas?

Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.

Parece ciencia ficción.

Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

Pues parece que nadie lo utilice…

Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.

¿Y cómo puedo activar ese circuito?

Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje…

¿Santos las 24 horas?

Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.

¿Y cómo nos libramos de ellos?

Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.

Ya.

Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.

·······················

Sus libros:

La libertad de ser

El maestro del corazón

El poder de elegir

Fuente: Inma Sanchís La Contra de La Vanguardia

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7 mentiras de la escuela tradicional por Ken Robinson


MicrocambiosUna conferencia de 18 minutos le hizo famoso: «Las escuelas matan la creatividad», dijo entonces en un discurso revolucionario sobre la educación.  Nacido en Liverpool en 1950 en el seno de una familia trabajadora de siete hermanos, la escuela le cambió la vida. «Un profesor descubrió el talento en un chaval poliomelítico de barrio y apostó por él». Catedrático, escritor y conferenciante, Robinson asesora a gobiernos, empresas e instituciones culturales de todo el mundo

Primera mentira: Si te esfuerzas en el cole, de mayor tendrás un buen trabajo. Todos los países del mundo están llevando a cabo profundas reformas de la educación. Algo no funciona, pero nadie sabe muy bien qué es. Para Robinson, el problema es que el viejo lema, «si te esfuerzas, podrás acceder a la universidad y tendrás una carrera y un buen trabajo asegurado» ha muerto. Ya no se lo creen ni los profesores ni los propios niños. Educamos a los niños con ideas del pasado para un mundo cambiante que desconocemos.

Segunda mentira: Todos los que suspenden son tontos. Las líneas maestras del sistema educativo fueron concebidas en plena Ilustración y están al servicio de una caduca revolución industrial. Por eso se siguen priorizando materias como las matemáticas o las ciencias. Según Robinson, se sigue dividiendo a los alumnos en académicos (o listos) y no académicos (o tontos). Eso ha «provocado el caos», mucha gente se queda fuera del sistema porque no es brillante, según la vara de medir de la Ilustración. «La pérdida de talento no es deliberada, pero es sistemática», sentencia Robinson.

Tercera mentira: Se debe clasificar a los niños por edades. Ni las escuelas son fábricas ni los alumnos son productos. Por eso censura que los niños sean clasificados por `fecha de fabricación´, es decir, por edades. «Si estamos interesados en cambiar el modelo educativo, no deberíamos perpetuar una estandarización propia de la era industrial. La educación tiene que ver con desarrollar seres humanos, y el desarrollo humano no es lineal».

Cuarta mentira: El cole desarrolla la inteligencia de forma integral. El pensamiento divergente es la capacidad que tiene el ser humano de encontrar muchas respuestas posibles a una única pregunta. Según un estudio, el 98 por ciento de los niños tienen esa habilidad cuando entran en la guardería. Sin embargo, años después (tras pasar por el sistema educativo), el pensamiento divergente mengua dramáticamente. «Los niños crecen en un sistema que solo les permite manejar una respuesta posible».

Quinta mentiraHay una epidemia de falta de atención. Se estima que entre el cinco y el diez por ciento de los niños en edad escolar sufren déficit de atención. Para Robinson, ese diagnóstico es tan «equivocado como ficticio». Y denuncia que «se trata de una moda médica. Los niños afectados están siendo medicados de forma rutinaria». Él echa la culpa de la falta de concentración a la sobreestimulación provocada por un consumo excesivo de televisión, Internet, publicidad o videojuegos. El sistema educativo de toda la vida no logra interesar a alumnos que han crecido en un mundo diferente.

Sexta mentira:La solución es exigir menos a los alumnos. El objetivo de la escuela debería ser identificar las aptitudes naturales y potenciarlas. «No pido que se exija menos a los alumnos, sino más al colegio», explica. Para ilustrarlo, Robinson siempre escoge el ejemplo de genios como Paul McCartney, George Harrison o Elvis Presley, a quienes la escuela les colgó el cartel de `zoquetes´. Nadie supo detectar su don para la música ni fomentarlo.

Séptima mentira:La inteligencia se mide con un test. Los test de inteligencia, según Robinson, son un invento supremacista. Para él, el talento es algo tan personal e intransferible como una huella dactilar. La clave es de qué manera eres inteligente; no si lo eres.

Y una conclusión:¡descubre tu elemento! La ecuación, tal y como afirma Robinson, es simple: «talento más pasión igual a éxito». El intríngulis es descubrir cuál es. En ese proceso, los padres juegan un papel clave. Ellos deben reconocer aquellas habilidades naturales de los niños y potenciarlas para que florezcan.

                           Siete Mentiras de la Escuela Tradicional por Sir Ken Robinson (15 abril 2012 XL Semanal)

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El ensayo perdido de Asimov sobre creatividad


Paseando por la nube he encontrado este artículo  que comparto. 

Las 9 ideas para triunfar en el mundo de hoy que contiene el ensayo perdido de Asimov

En 1959, en plena Guerra Fría, la empresa de investigación aeronáutica para la que trabajaba el químico estadounidense Arthur Obermayer recibió un encargo de El Pentágono: encontrar los enfoques más creativos para desarrollar un sistema de defensa de misiles balísticos.

El gobierno de Eisenhower tenía claro que por mucho que se gastara dinero en mejorar la tecnología existente esta seguiría siendo inadecuada: necesitaban a gente que tuviera ideas novedosas para adelantar a los rusos.

Cuando Obermayer recibió el encargo pensó en seguida en su amigo Isaac Asimov (también soviético, pero sólo de nacimiento). En aquella época el escritor era ya una figura, había publicado sus mejores novelas de ciencia ficción y se estaba dedicando por completo a la elaboración de ensayos de divulgación científica. Obermayer invitó a su amigo a varias reuniones, pero Asimov decidió abandonar el proyecto porque pensaba que el acceso a información clasificada limitaría su libertad de expresión. Pero antes de irse, escribió un ensayo para ayudar a los científicos del proyecto a ser más creativos.

El ensayo había permanecido oculto hasta la semana pasada, cuando Obermayer cedió el texto a Technology Review. No sabemos si el texto, que llevaba por título¿Cómo la gente tiene nuevas ideas?, sirvió a los investigadores para crear un buen sistema de defensa contra misiles, pero su carácter universal y premonitorio (como casi todo lo que escribió Asimov), bien puede ayudar a los profesionales y empresas de hoy en día para triunfar en un mundo lleno de incertidumbres.

El ensayo había permanecido oculto hasta la semana pasada, cuando Obermayer cedió el texto a la revista Technology Review, que lo ha publicado íntegro. Estas son sus nueve ideas más destacadas.

1. El proceso creativo es igual en todos los ámbitos

Como buen humanista, Asimov pensaba que la creatividad es necesaria en todos los campos del saber, y su funcionamiento no difiere en absoluto entre una u otra especialidad. No importa que persigamos alcanzar “la evolución de una forma de arte, un nuevo gadget o un nuevo principio científico, todos implican factores comunes”.

En el mundo actual tendemos a exigir creatividad en determinadas profesiones, y negárselas a otras. Pero el progreso requiere creatividad en todos los campos.

 2. Para imaginar el futuro hay que conocer el pasado

Como todo buen escritor de ciencia ficción, Asimov sabía que para imaginar el futuro es necesario conocer el pasado. “Una forma de investigar el problema [el proceso creativo] es estudiar las grandes ideas del pasado para saber cómo fueron generadas”. El escritor reconoce que muchos de los grandes pensadores de la historia ni siquiera sabían cómo tuvieron sus ideas, pero cree que, en la mayoría de ocasiones, el secreto reside en conocer bien qué se ha investigado previamente sobre un asunto. Ya lo decía otro Isaac (Newton), citando a Bernardo de Chartres: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”.

3. Hay que saber ver conexiones entre cosas aparentemente desconectadas

Para Asimov, toda buena idea aparece cuando somos capaces de ver las cosas más allá de nuestra especialidad. Es por ello que los equipos y pensadores multidisciplinares son clave para generar buenas ideas.

El proceso creativo funciona siempre de forma similar. El escritor pone como ejemplo el advenimiento de una de las grandes ideas del siglo XIX, la teoría de la selección natural, a la que llegaron de forma independiente, pero muy similar, los naturalistas Charles Darwin y Alfred Wallace –según Asimov, una prueba de que el proceso creativo funciona siempre de forma similar–.

“Está claro que en la primera mitad del siglo XIX muchos naturalistas habían estudiado la forma en la que las especies se diferenciaban entre sí. También mucha gente había leído a Malthus. Y, quizás, algunas personas habían estudiado las especies y habían leído a Malthus. Pero lo que se necesitaba era a alguien que hubiera estudiado las especies, hubiera leído a Malthus y, además, tuviera la capacidad para conectar ambas ideas”. Y eso es lo que hicieron Darwin y Wallace casi al mismo tiempo.

4. Las mejores ideas son las que parecen irrealizables

Una vez que se conectan dos ideas, la asociación parece obvia, pero no lo era hasta entonces. “Una nueva idea sólo parece razonable bastante tiempo después de haberse pronunciado”, asegura Asimov. “Normalmente, al principio, parece irracional. Parecía el colmo de la sinrazón suponer que la tierra era redonda y no plana, que se movía alrededor del Sol o que los objetos requieren una fuerza para detenerse cuando están en movimiento en lugar de una fuerza para mantenerlos en movimiento”.  Sólo el tiempo acaba dando la razón a quien la tenía.

Isaac Asimov retratado por Rowena Morrill. Isaac Asimov retratado por Rowena Morrill.5. Los grandes pensadores son excéntricos (pero tienen seguridad en sí mismos)

Dado que las grandes ideas son siempre rompedoras, sus defensores tienen que ser personas con una gran seguridad en sí mismas, y muy convencidos de aquello que proponen, para que estas lleguen a buen puerto. En opinión de Asimov, solo las personas capaces de enfrentarse a lo que el resto de personas consideran de sentido común tienen posibilidades de tener éxito. Para el escritor, una organización que persiga innovar debe tolerar la excentricidad, pues los grandes genios suelen ser también poco convencionales en sus hábitos. (Ahora bien, Asimov reconoce que hay gente chiflada que no tiene nada de talento, así que no hace falta hacer los procesos de selección en un psiquiátrico).

6. Deja que las personas trabajen en solitario…

El ensayo de Asimov contiene un importante consejo para gestores, managers y directivos en general. En su opinión, a la hora de afrontar un problema, es mejor dejar que las personas barrunten sus propias ideas para resolver el mismo en solitario, antes que juntar a todo el mundo en una sala para discutir el problema.

Por cada nueva buena idea hay decenas de miles horribles, que, naturalmente, no vas a querer mostrar“Mi impresión es que para ser creativo se requiere soledad. La persona creativa, en cualquier caso, está trabajando continuamente. Su mente está procesando la información en todo momento, incluso cuando no es consciente de ello. La presencia de otras personas sólo puede inhibir ese proceso, ya que los procesos creativos son embarazosos. Por cada nueva buena idea hay decenas de miles horribles, que, naturalmente, no vas a querer mostrar”.

7…Pero empújalas a cooperar

Todo creador necesita su espacio, pero Asimov cree que, una vez que la gente haya pensado cómo se puede resolver uno u otro problema, hay que poner las ideas en común. En opinión del escritor, las reuniones son una pérdida de tiempo sino sirven para que cada persona tenga la oportunidad de dar su punto de vista (por loco que parezca) y se logre encontrar asociaciones validas entre distintos enfoques.

Para lograr esto, Asimov propone que las reuniones se enfoquen como si fueran debates. Para ello es necesario que una persona haga de moderador, y conceda turnos equitativos de palabra a todos los participantes. Por lo general, en las reuniones, siempre hay alguien que lleva la voz cantante, y no siempre se deja hablar a todo el mundo. Y esto es un error que mina el proceso creativo.

“Si una persona tiene una mayor reputación que el resto, o se expresa mejor, o tiene una personalidad más imponente, puede tomar el control de la reunión y reducir al resto de asistentes a la obediencia pasiva”, explica Asimov. “Ese individuo puede ser muy útil, pero mejor que trabaje solo, para que no neutralice al resto”.

8. Las organizaciones deben crear un ambiente informal

El ensayo de Asimov contiene un consejo que deberían tener muy en cuenta los gestores y responsables de Recursos Humanos (en una época en que los procesos laborales están más controlados que nunca). El escritor tiene claro que las empresas deben ser permisivas con sus trabajadores si quieren que estos tengan buenas ideas. El ambiente debe ser relajado e informal. “Para alcanzar los mejores resultados se necesita jovialidad, el uso de nombres de pila y bromas”, asegura Asimov. “No porque sean buenas en sí mismas, sino porque fomentan la voluntad para participar en la locura creativa”

9. No se puede pagar un salario para que la gente sea creativa

Parece que una de las mejores cualidades que se pueden atribuir a un trabajador es que es “reponsable”. Pero Asimov cree que, exigir responsabilidades a los empleados –en el sentido de pedir una rendición de cuentas– es contraproducente si lo que queremos es que sean creativos. “Las grandes ideas de todos los tiempos vinieron de gente a la que no se estaba pagando por tener buenas ideas, sino que se les estaba pagando por ser profesores, secretarios de una oficina de patentes, funcionarios o ni siquiera se les estaba pagando”, asegura el escritor. “Las grandes ideas surgen como asuntos secundarios”.

La creatividad, asegura con rotundidad, no puede exigirse como contraprestación a un salario: “Sentirse culpable porque no se merece el salario ya que no se ha tenido una gran idea es la mejor manera de asegurarse de que ninguna buena idea aparecerá en el futuro”.

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¿Que hacen diferente las personas que viven la creatividad?


Este artículo de The Huffington Post, escrito por Carolyn Gregoire, propone un repaso en profundidad al comportamiento de las personas que viven la creatividad intensamente.  La autora señala hasta 18 aspectos que marcan la diferencia entre pensar que la creatividad es cosa de unos pocos y ejercerla cada día. Merece la pena dedicar unos minutos a leer el artículo.

Creativity

La creatividad funciona de una forma misteriosa y a menudo paradójica. El pensamiento creativo es una característica estable, que define algunas personalidades, pero que también puede cambiar dependiendo de la situación y del contexto. A veces, la inspiración y las ideas vienen sin más, y luego, cuando más las necesitamos, no aparecen; el pensamiento creativo requiere un conocimiento complejo, si bien es completamente independiente del proceso de pensamiento.

La neurociencia ofrece una imagen muy compleja de la creatividad. Según plantean los científicos, la creatividad no es tan simple como la división entre las regiones derecha e izquierda del cerebro (la teoría dice que el hemisferio cerebral izquierdo es racional y analítico, mientras que el derecho es creativo y emocional). De hecho, se piensa que la creatividad implica numerosos procesos cognitivos, vías neuronales y emociones; aún no disponemos de una panorámica completa que explique cómo funciona una mente imaginativa.

Psicológicamente hablando, los tipos de personalidad creativa son difíciles de determinar, sobre todo porque son complejos, paradójicos y tienden a evitar el hábito o la rutina. No se trata de generalizar el estereotipo del «artista torturado», pero sí es verdad que los artistas suelen tener una personalidad compleja. Las investigacionessugieren que la creatividad implica la unión de una multitud de rasgos, comportamientos e influencias sociales en una misma persona.

«Es cierto que a la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma, puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo», informa Scott Barry Kaufman, psicólogo de la Universidad de Nueva York que ha pasado varios años investigando sobre la creatividad. «Las cosas que sobresalen más son las paradojas del yo creativo… Las personas con mucha imaginación tienen una mente más caótica».

Aunque no existe la definición exacta de la «típica» persona creativa, hay algunos rasgos y actitudes que caracterizan a las personas altamente creativas.

Estas son 18 cosas que las diferencian del resto.

Sueñan despiertos

daydreaming child

A pesar de lo que sus profesores les dijeran, las personas creativas saben que soñar despiertos no es, en absoluto, una pérdida de tiempo.

Según Scott Barry Kaufman y la psicóloga Rebecca L. Mcmillan, ambos autores del artículo Ode To Positive Constructive Daydreaming [Oda a lo positivo y constructivo de soñar despierto], dejar que la mente merodee libremente puede contribuir al proceso de «incubación creativa». Por supuesto, muchos de nosotros sabemos por experiencia que las mejores ideas se nos ocurren de repente, cuando tenemos la mente en las nubes.

Aunque nos puede parecer que soñar despierto es una actividad sin sentido, un estudio de 2012 sugiere que, en realidad, dicho proceso va ligado a un estado cerebral muy dinámico y exigente, pues conlleva conexiones y percepciones en relación con nuestra habilidad para captar la información frente a las distracciones. También se ha descubierto que soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación y la creatividad.

Lo observan todo

Las personas creativas se comen el mundo; ven posibilidades en cualquier lugar y están constantemente recopilando información que pueda servir para la expresión creativa. Como solía decir Henry James, «nada se pierde» en la mente de un escritor.

La escritora Joan Didion siempre llevaba encima un cuaderno en el que anotaba cualquier observación sobre la gente y los acontecimientos con el fin de entender mejor las complejidades y contradicciones de su propia mente:
«Por muy diligentemente que anotemos lo que vemos a nuestro alrededor, el común denominador de todo lo que vemos es siempre, de forma transparente y desvergonzada, el implacable ‘yo'», escribió Didion en su ensayo «Sobre tener un cuaderno de notas». «Estamos hablando de algo privado, de fragmentos de la cadena mental que son demasiado cortos para usarlos, de un ensamblaje indiscriminado y errático que solo reviste significado para quien lo lleva a cabo».

Elaboran sus propios horarios de trabajo a su medida

Muchos grandes artistas afirman que cuando mejor hacen su trabajo es o por la mañana temprano o a altas horas de la noche. Vladimir Nabokov empezaba a escribir inmediatamente después de levantarse, a las 6 o a las 7 de la mañana; Frank Lloyd Wright decía que se había acostumbrado a levantarse a las 3 o a las 4 de la mañana, ponerse a trabajar durante unas horas, y luego volverse a acostar. Independientemente de cuál sea su horario, los individuos altamente creativos suelen saber en qué momento del día su mente está más activa, y en función de esto, organizan sus días.

Se reservan unos momentos de soledad

solitude

«Para estar más abiertos a la creatividad, tenemos que ser capaces de usar nuestra soledad de forma constructiva. Debemos superar el miedo a estar solos», escribió el psicólogo existencialista estadounidense Rollo May.

Con frecuencia, se describe a los artistas como personas solitarias. Aunque no siempre se cumple, la soledad puede ser una de las claves para llevar a cabo obras maestras. Para Kaufman, podemos volver a relacionar esta idea con el hecho de soñar despiertos; tenemos que concedernos momentos de soledad y, simplemente, dejar volar nuestras mentes.

«Tienes que contactar con tu yo interior para poder expresar tus pensamientos más internos», explica. «Es difícil encontrar esa voz creativa si no mantienes ningún contacto con tu interior ni reflexionas sobre ti mismo».

Saben aprovechar los problemas que les plantea la vida

Muchas de las historias míticas y de las canciones de todas las épocas han sido inspiradas por un drama o por un desamor; lo bueno de estos retos es que al final han servido como catalizador para crear arte. Los investigadores que estudian el crecimiento post-traumático, un ámbito de la psicología en auge, sostienen que mucha gente es capaz de emplear las dificultades y los traumas que sufrieron de pequeños para aumentar sustancialmente su creatividad. En concreto, se ha descubierto que los traumas pueden contribuir a que la gente desarrolle las áreas encargadas de las relaciones interpersonales, de la espiritualidad, el aprecio por la vida, la fuerza personal y, lo que es más importante para la creatividad, la capacidad de exprimir al máximo las posibilidades que te ofrece la vida.

«Mucha gente es capaz de utilizar esto como la gasolina que necesitan para descubrir una perspectiva diferente de la realidad», afirma Kaufman. «En algún momento de su vida, se ha desmontado la visión que tenían del mundo como un lugar seguro […], haciéndoles salir a la periferia a ver las cosas de una forma diferente, renovada; es esto lo que conduce a la creatividad».

Buscan nuevas experiencias

solo traveler

A la gente creativa le encanta lanzarse a probar nuevas experiencias, sensaciones y estados mentales. Esta apertura y amplitud de miras suele activar de manera significativa la creatividad.

«Estar abierto a nuevas experiencias te lleva, la mayoría de las veces, a obtener logros creativos», asegura Kaufman. «Esta idea presenta muchas facetas diferentes, pero todas relacionadas entre sí: la curiosidad intelectual, la búsqueda de sensaciones, el no tener miedo a mostrar tus emociones ni tu fantasía. Lo que une a todas estas características es el camino hacia la exploración cognitiva y conductual del mundo, tanto interno como externo».

Se caen y vuelven a levantarse

resilience

La resiliencia prácticamente es un prerrequisito para el éxito creativo, afirma Kaufman. El trabajo creativo a menudo se describe como un proceso de fallos repetidos hasta acabar encontrando algo que encaja y que funciona. Las personas creativas, al menos las que tienen éxito, aprenden a no tomarse demasiado a pecho los errores.

«La gente creativa fracasa, y los que son buenos de verdad fracasan más de una vez»,escribió Steven Kotler, colaborador de Forbes, en una pieza sobre el genio creativo de Einstein.

Plantean grandes preguntas

La gente creativa es insaciablemente curiosa; normalmente, optan por cuestionar cualquier aspecto de la vida, e incluso cuando envejecen mantienen su sentido de la curiosidad. Ya sea mediante una conversación intensa o mediante una reflexión en solitario, las personas creativas observan el mundo a su alrededor y quieren saber por qué, y cómo, funcionan las cosas.

Observan a las personas

people watching

Son observadores por naturaleza y tienen curiosidad por la vida de los demás; a las personas creativas les suele gustar observar a la gente, y a menudo extraen algunas de sus mejores ideas de ahí.

«[Marcel] Proust pasó la mayor parte de su vida observando a la gente, anotó sus observaciones, y las reflejó en sus libros», explica Kaufman. «Para muchos escritores, observar la vida de la gente es muy importante… Son buenos observadores de la naturaleza humana».

Se arriesgan

Una parte del trabajo creativo implica correr riesgos; muchas personas creativas disfrutan del riesgo en diversos aspectos de su vida.

«Existe una conexión profunda y significativa entre el riesgo y la creatividad, aunque a menudo se pase por alto», escribió Steven Kotler en Forbes. «La creatividad es el acto de fabricar algo de la nada. Requiere hacer públicas las apuestas mejor posicionadas en tu imaginación. No es un trabajo para los tímidos. Perder el tiempo, empañar tu reputación y no gastar demasiado bien el dinero son algunas de las consecuencias negativas que puede tener la creatividad».

Consideran que todo en la vida es una oportunidad para la expresión propia

self expression

Nietzsche creía que la vida y el mundo deberían considerarse obras de arte. Las personas creativas tienden a ver el mundo de esta manera, y a buscar constantemente cualquier oportunidad de autoexpresión en la vida diaria.

«La expresión creativa es la expresión de uno mismo», afirma Kaufman. «La creatividad no es otra cosa que la expresión individual de tus necesidades, de tus deseos y de tu naturaleza única».

Siguen sus pasiones verdaderas

La gente creativa suele tener una motivación intrínseca; esto es, una persona creativa está motivada a actuar desde sus más internos deseos, en lugar de buscar el reconocimiento o las recompensas externas. Muchos psicólogos han demostrado que la gente creativa obtiene su energía de las actividades que le plantean desafíos, lo cual es una muestra de la motivación interna. Las investigaciones sugieren que solo con pensar en los motivos intrínsecos que te mueven a hacer algo se puede activar la creatividad.

«Los mejores creadores deciden implicarse con pasión en cuestiones complejas y arriesgadas que les proporcionan un importante sentido del poder por la capacidad de utilizar su talento», escriben M.A. Collins y T.M. Amabile en The Handbook of Creativity.

Salen de sus propias mentes

creative writing

Kaufman señala que otro objetivo de soñar despierto es ayudarnos a salir de nuestra perspectiva limitada y explorar otras formas de pensamiento, que pueden ser una baza importante para el trabajo creativo.

«Soñar despierto nos permite evadirnos del presente», explica Kaufman. «La misma red cerebral asociada con la imaginación está vinculada a la teoría de la mente; esta nos permite imaginar lo que está pensando alguien o fantasear sobre cómo será nuestro “yo” futuro».

Otras investigaciones también señalan que inducir la «distancia psicológica» (es decir, pensar desde la perspectiva de otra persona o reflexionar sobre una cuestión como si fuera irreal o desconocida) puede activar el pensamiento creativo.

Pierden la noción del tiempo

Las personas creativas pueden pensar que cuando están escribiendo, bailando, pintando o expresándose, entran «en la zona», lo que se conoce como estado de flujo, que puede ayudarlos a crear a su máximo nivel de expresión. Dicho flujo es un estado mental en que un individuo va más allá de su pensamiento consciente para alcanzar un estado superior de concentración y calma sin esfuerzo. Cuando alguien alcanza este estado es prácticamente inmune a cualquier presión o distracción, sea interna o externa, que pueda entorpecer su actividad.

Entras en esa zona cuando realizas una actividad con la que disfrutas y que se te da bien, pero que a la vez te plantea retos; es lo que define a un buen proyecto creativo.

«[Las personas creativas] han descubierto su pasión, pero también han desarrollado su capacidad para entrar en el estado de flujo», asegura Kaufman. «Este estado mental requiere una conexión entre tus habilidades y la tarea que has emprendido».

Se rodean de belleza

Las personas creativas suelen tener un gusto excelente y, por ello, disfrutan de la belleza y se rodean de ella.

Un estudio publicado recientemente en la revista Psychology of Aesthetics, Creativity, and the Arts reveló que los músicos (incluidos los miembros de una orquesta, los maestros de música y los solistas) muestran una alta sensibilidad e inclinación hacia la belleza artística.

Saben unir los puntos

doodle

Si hay algo que distinga a las personas altamente creativas del resto es la capacidad de ver oportunidades donde otros no las ven. Muchos artistas y escritores importantes han afirmado que la creatividad se basa en la capacidad de unir los puntos, algo que los demás probablemente nunca se habían planteado.

En palabras de Steve Jobs: «La creatividad simplemente consiste en conectar las cosas. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo han hecho algo, se sienten un poco culpables porque en realidad no han creado nada, sino que se han limitado a ver algo. Tras un tiempo, les resulta obvio, pues han sido capaces de conectar las experiencias que habían tenido y de sintetizar cosas nuevas».

Les gustan los cambios radicales

La diversidad de experiencias es crucial para la creatividad, afirma Kaufman. A las personas creativas les encanta alterar las cosas, tener nuevas experiencias y evitar que su vida se convierta en algo monótono y mundano.

«La gente creativa tiene experiencias más diversas; la rutina es lo que mata esta diversidad de experiencias», explica Kaufman.

Encuentran tiempo para la meditación

Las personas creativas entienden el valor de la concentración mental, pues su trabajo depende de ella. Muchos artistas, emprendedores, escritores y otros trabajadores creativos, como David Lynch, consideran la meditación como una herramienta para conectar con su estado mental más creativo.

La ciencia respalda la idea de que la meditación realmente puede activar el poder de la mente de muchas formas. Un estudio realizado en 2012 por un equipo holandés señala que algunas técnicas de meditación promueven el pensamiento creativo. Las prácticas de meditación pueden ir ligadas a una mejora de la memoria y de la concentración, a un mayor bienestar emocional, a una disminución del estrés y de la ansiedad, y a una mayor claridad mental; todo esto puede fomentar la capacidad de pensamiento creativo.

Traducción de Marina Velasco Serrano

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Lo que no sabías


MIquel barcelo

Pintura: Miquel Barceló

Otro autor que acabo de descubrir y que me ha dado que pensar.

 

Nunca se pierde nada que sea real.
Sólo se pierden los sueños
acerca de «cómo iba a ser la vida».
Se pierden los sueños que se tuvieron ayer sobre el mañana.
Se pierden las imaginaciones acerca del hoy.

Sólo que no lo sabías.
No pudiste haberlo sabido.

El sanar siempre implica coraje
para soltar las esperanzas de ayer,
para llorar sobre los mundos perdidos,
para dejar que el ego se rompa en el silencio,
para sostener amorosamente el corazón mientras se rompe.

Y retornar hacia el hoy,
el sitio donde la vida ocurre,
la buena tierra donde florecerá la gratitud.

Nunca se pierde nada que sea real.

Jeff Foster

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Grandes secretos, pequeños lugares


maria hesseIlustración:  Maria Hesse


Decía Roald Dahl, el creador de la inolvidable Matilda o de Charlie y la fábrica de chocolate que por encima de todo hay que mirar con ojos curiosos este mundo que nos rodea, porque los grandes secretos están siempre ocultos en los lugares más pequeños. Y añadía que aquellos que no creen en la magia jamás la encontraran.

En el encuentro anual de Davos, en la edición del 2009, el  director de orquesta, Benjamin Zander, impartió una conferencia sobre su visión acerca del liderazgo y los retos en una nueva era. Para explicar sus ideas acudió al texto que escribió con su esposa, la terapetua Rosamund Stone Zander, El arte de lo posible que se cuenta entre mis libros favoritos.

Tanto en la conferencia, como en el libro, Zander alude a la existencia de dos clases de miradas en la naturaleza humana: la de  la espiral descendente o la de la posibilidad irradiadora. La explicación aparece en este revelador relato:  a mediados del siglo XIX un empresario inglés encomienda a dos de sus mejores vendedores la misión de realizar un viaje a África para que sondeen la posibilidad de vender zapatos a los africanos. Transcurridos unos días, el primer empleado envía un telegrama desencantado: «ninguna posibilidad de venta, aquí nadie  lleva zapatos». El segundo vendedor, sin embargo, también manda un telegrama: «fabulosa oportunidad aquí todavía no usan zapatos».

microcambios

 

La diferencia entre una u otra perspectiva según los Zander es considerable. Mientras que en la espiral descendente el éxito o fracaso dependen de la suerte, de ideas preconcebidas de antemano e inmutables, en la segunda opción el centro de mandos es la propia posibilidad; aquí los  conceptos de éxito o fracaso no existen, su lugar lo ocupa la contribución. Cada vez que actuamos en uno u otro sentido nos convertimos en hacedores de nuestra propia vida. Y nuestra puesta en escena se manifiesta a través de nuestro lenguaje verbal, es decir mediante nuestro discurso, con nuestras acciones o con nuestra actitud. Para Zander, ser líder consiste, en reconocer que la espiral descendente existe, pero ipso facto llevar a las personas a contemplar  el mundo de la posibilidad.Recordemos las palabras de Roald Dahl: aquellos que no creen en la magia jamás la encontraran.

El ámbito de la espiral descendente es el de la mentalidad fija (no hay inteligencia en desarrollo sino un mundo estanco), donde funciona la obcecación sobre el éxito y el fracaso,  la derrota y la victoria, la preferencia por las jerarquías, las amenazas, los debes y los tienes, el sentimiento de culpa y un esquema rígido de pensamiento vertical. El mundo de la posibilidad irradiadora es cooperativo, flexible, abierto, creativo, espontáneo, amante del pensamiento lateral y de la exploración y por tanto, poco temeroso del error. En esta perspectiva, la contribución y la indagación apreciativa sustituyen al miedo a la equivocación y por lo tanto, los obstáculos se perciben como meras posibilidades que también pueden convertirse en oportunidades.

Según los Zander «No existe una recesión tan grande que sea capaz de anular la posibilidad, y no hay riqueza, poder o fama tan grande que sea capaz de protegerte de la espiral descendente. No son las circunstancias las que marcan la diferencia. Somos nosotros los que tenemos la oportunidad de elegir entre las dos opciones».

Los Zander insisten en que la pasión es el elemento clave de toda vida humana.  Y esta pasión se transmite como un fuego aventado. Se sabe cuando prende en el otro porque los ojos del oyente refulgen, brillan como si fueran cielos estrellados. Ahí la chispa está encendiéndose y propagándose. Eso es lo que consiguen los líderes: entusiasmar, motivar, en una palabra: contribuir. Cuando Benjamin dirige a su orquesta y observa que los ojos de sus músicos no están brillando se pregunta: ¿quién estoy siendo yo en estos momentos para que los ojos de mis músicos no brillen? ¿qué puedo cambiar de mí?

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Tres respuestas, en opinión de los autores, se pueden elegir cuando nos enfrentamos a desafíos,  a cada uno de nosotros  nos corresponde elegir:

O bien no hacer nada, la respuesta de la resignación, el desprecio a la opinión ajena, la respuesta de la ira o  levantarte y dirigir la orquesta, que se traduce en  intentar cambiar las cosas con tu contribución diaria. Esta es la respuesta de la posibilidad.

Para los Zander hay tres reglas básicas que ayudan a recordar la estrategia frente a los desafíos:

1. La regla número 6 (Recuerda que no debes tomarte demasiado en serio a ti mismo) a veces los problemas llegan porque pensamos que cada cosa que hacemos o decimos es fundamental; porque creemos que nos va la vida en cada una de nuestras decisiones. Y eso llena de tensión y ansiedad nuestras acciones.

2. Pensar fuera de los límites. En El arte de lo posible los Zander lanzan un desafío: unir nueve puntos que forman una cuadrícula sin levantar el bolígrafo del papel.  La única manera de conseguirlo es saliéndose de los límites de la cuadrícula, o sea que para dar con la solución del problema necesitamos una nueva manera de pensar que no recurra a nuestras habituales  creencias. En la vida real, fuera del ejercicio, pocos conseguimos unir los puntos porque nadie nos ha dicho que no podemos salirnos del marco, simplemente lo hemos asumido así, de forma que encontrar la solución se vuelve algo tan sencilla como pensar fuera de esos límites que nadie, por otra parte, ha impuesto.

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3. Empezar con un sobresaliente, una forma de eliminar la ansiedad y asumir riesgos. Benjamin Zander observó que sus alumnos se enfrentaban a sus tareas  con un alto grado de ansiedad y estrés.  la presión por conseguir  objetivos marcados dificultaba asumir cambios e innovar en su forma de aprendizaje. Así que se le ocurrió algo sencillo: otorgar un sobresaliente a principios de curso con una única condición: escribir una carta en ese momento pero como si estuvieran a final de curso. La carta debía reflejar por qué habían obtenido el sobresaliente y qué habían hecho para conseguirlo. Con esta curiosa herramienta uno se convierte en la mejor versión de sí mismo y te libras de la presión del estrés disfrutando al máximo. Zander nos propone que pongamos un sobresaliente de partida a todo el mundo,  solo así podremos descubrir  la mejor versión de las personas.

¿Qué tal si te disculpas por no haber sido capaz de entusiasmar a los tuyos? Esa propuesta de Rosamund Zander surgió cuando su marido le explicó lo que había pasado con sus alumnos. Con ocasión de la celebración de un concierto donde participaba un músico extraordinario y con localidades agotadas desde hacía tiempo, la fila de butaca correspondiente a varios de sus alumnos permaneció vacía. El director se enfadó por la actitud displicente de sus músicos y pensó en echar la bronca gorda al día siguiente en clase.  Pero su mujer le sugirió que se disculpara por no haberles explicado con la necesaria claridad a quién iban a escuchar, cuan maravilloso iba a resultar el concierto.  Si la gente no reacciona haciendo lo que tu esperas que hagan siempre queda la posibilidad de disculparnos por no haber conseguido motivar y convencer. . Estas disculpas, según los Zander, son muy diferentes de la culpa y la amenaza, típicas del modelo espiral descendiente.

microcambios, me mudo de sistema

Aceptar que está en nuestras manos  cambiar la noción de lo que es posible parece ahora mucho más sencillo. 

Conferencia en inglés

Otras fuentes 

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