Encontrándose de muy joven ante la necesidad de afrontar el cíclico problema de las inundaciones periódicas del río Amarillo, en lugar de hacer construir diques cada vez mayores (como habían hecho con escaso resultado sus predecesores), ordenó que se cavasen agujeros, fosas y canales alrededor de la ciudad, para que las aguas del río pudieran correr sin destruir nada. Además de esto, hizo construir a lo largo de los canales los primeros molinos de agua, que le permitieron utilizar su fuerza para moler el arroz y otras sustancias. De este modo Yu, que gracias a esto fue denominado Yu el Grande, venció al enemigo sin oponerse, capturando su fuerza para después utilizarla en beneficio propio.
Fuente: Coaching estratégico
Roberta Milanese y Paolo Mordazzi