La felicidad no consiste, como cree la gente, en ser dichoso, ni tampoco en no ser desgraciado, sino en procurar lo primero y en no resignarse a ser lo segundo.
Vivo en una ciudad del Norte de España, entregada a la pasión por aprender y transformar mi vida y la de los que me rodean en una aventura única. Creo en la gente y en las oportunidades que nos ofrecen las adversidades. He aprendido que el único pecado imperdonable es no arriesgarse.
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