A menudo me hago esta pregunta. Y hoy he encontrado una pequeña historia que me ha gustado mucho porque se reafirma en la teoría de que sí podemos hacer algo por los demás, aunque no sepamos quiénes son esos demás y no recibamos su agradecimiento. Carolee estaba en la cola del supermercado y la persona que estaba delante de ella no pudo pagar su compra porque había perdido su cartera. Rápidamente ella se puso en su lugar y se ofreció a pagarle su cuenta. Al día siguiente la señora le envío a Carolee el dinero de la cuenta y 93 dólares más. Carolee contó su historia en facebook y preguntó qué debía hacer con su dinero. Un amigo le sugirió que lo donara y así lo hizo. Al día siguiente varios amigos, inspirados por su historia, donaron también 93 dólares y se fueron uniendo unos a otros, así sparcieron el mensaje de donaciones de 93 dólares entre sus contactos. Y de esta forma nació el club de los 93 dólares, de una sencilla historia que parte de la amabilidad y empatía de una chica en la cola del supermercado.
Fuente: http://www.danpink.com/three-tips-from-the-dragonfly-effect